25 de noviembre de 1985
Mi enemigo está atento para perderlos, hay un solo camino para salvarse: seguir a Dios.
Ayuno, oración, Iglesia, Palabra de Dios, son las normas de vida de mis seguidores; comparen y verán que propuestas producen mejores frutos que éstos. Si encuentran algo que los acerque más al Señor que el Señor mismo, síganlo.
Mi Padre se impacienta pero les dará tiempo, poco tiempo, solo lo necesario.
Mi amor por ustedes no decae; mi corazón se complace en los que obedecen mis mandatos con amor y sin temor. A ustedes se vuelcan todas mis gracias cuando piden sin dudar.
Si su Dios los ama, ¿que más necesitan?
Los que quieran ser míos, que actúen.
Mi bendición a todos.
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