Y ES PARA LOS FUERTES Y AÚN SIGO LLAMANDO
22 de mayo de 1987
¿Por qué este pobre debe hablar así1 tan bajo? Porque al Señor se lo encuentra en el mayor de los silencios y deben abrir sus oídos y los oídos del alma para recibir lo que Yo digo, ni siquiera esa disposición a oírme quiero forzar.
El libro “Brote Nuevo” llevará consigo una bendición para el que lo recibe,2 y en aquellas casas en las cuales esté, bendecirá a derecha e izquierda, al frente y atrás, a las casas vecinas y a sus enfermos, en forma de cruz. “Brote Nuevo” es eso, un nuevo brote que pronto será rama y los pájaros anidarán en ella.
El enemigo tiene suficiente trabajo con todo el mundo y no puede contrarrestar todos los efectos de mi Obra, parcialmente puede realizar algunos enconados esfuerzos para disminuir vuestro fervor, pero no os dejéis vencer. Tentación tras tentación, caerán como hojas en otoño si recurren a mí.
Para esa persona el silencio es lo mejor,3 dejad de levantar tanto oleaje, pues haciéndolo hacéis peligrar vuestra propia barca. Mantened la calma, ¿o acaso no soy Yo el que llevo el timón?
Dice el Señor que de ella se está ocupando personalmente.
Los tres ángeles que hoy veía son para los tres grupos base. Uno en Difusora Mariana,4 otro en casa de B.C. y otro aquí, pues antes de comenzar hubo que hacer también “limpieza”, porque el enemigo trata de adelantarse a veces.
La preparación de los encuentros debe ser un día completo de oración, en todo momento y en todo sentido, para no caer desprevenidos. Dice que al enemigo le está permitido alzar la mano, pero no lanzar la piedra. Retenido será hasta cuando Yo le diga, dice el Señor.
Quiere que en estos cenáculos de oración se lea y se comente más su Palabra, pues de allí sale la luz que necesitamos, y que no podemos darnos entre nosotros.
La oración de mañana5 va a realizar importantes curaciones. Los que están aquí son todos sanos, hasta ahora, si no se entregan.6
Siempre llamo y pocos escuchan, no retrocedan un paso en el camino ganado, el que pone la mano en el arado y vuelve la vista atrás no sirve para el Reino de Dios.
Orad con fe, todos necesitan de ustedes y ustedes de mí. No importa el número y la cantidad, valen mis gracias. Si alguien no está de acuerdo en esto, si alguien no desea tomar la cruz para seguirme, no le echaré en culpa el retirarse, pues este llamado es para una hora fuerte y es para los fuertes y aún sigo llamando.
El que peca y se arrepiente es perdonado, el que peca y se consiente, se condena a sí mismo.
Dice el Señor que a estas reuniones Él las ha planificado en esta forma, tienen la oración, también está su Palabra, y finalizada viene la bendición para que tengamos la fuerza de cumplir lo que hemos pedido al Señor mediante la oración y lo escuchado en su Palabra. De forma que ninguna de estas partes sirve sola, sino en el contexto de esta reunión.
El seguimiento a mí es más importante que el aire que respiran cada día, pues el aire es para hoy, el seguimiento del Señor es para merecer la eternidad.
El Señor bendice los objetos de oración y culto.
El que cumple, cumpla más, el que ha aflojado que vuelva, porque cada uno es necesario.
De regreso a sus hogares, al trasponer el umbral de la puerta, dirán: “El Señor habite con nosotros, Jesús, este es tu hogar.
No olviden sus oraciones de consagración por la mañana y por la noche. Si se las he dado es para que las hagan, no para que las guarden, no para que manden a otros a hacerlas pensando que ustedes están libres de ellas.
Si ustedes tiene sed no manden a beber a otros, beban ustedes. El Señor bendice a los presentes.
1 en voz baja.
2 y practica lo pedido por el Señor.
3 Contestación personal sobre los enemigos de la Obra.
4 María Mensajera.
5 23 de mayo de 1987.
6 al pecado.
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