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SE ACERCAN LOS DÍAS EN LOS CUALES
EL ÚNICO REFUGIO SEGURO SERÁN
EN LAS CASAS EN LAS QUE SE ORE

16 de julio de 1987
Festividad de Nuestra Señora del Carmen
Cenáculo Nuestra Señora de la Luz

Se acercan los días, aunque aún no han llegado, en los cuales el único refugio seguro serán en las casas en las que se ore, por eso estoy entregando mis ángeles a vuestro servicio, especialmente para todos aquellos que preparan sus hogares como lugar de oración, no interesa el número de personas, ¿o no he dicho, “donde dos estén reunidos en mi nombre, allí estaré Yo?”
Tú que confías en tu inteligencia, tú, que esperas para decidirte, aquí el Señor se muestra, tú que miras primero, piensas luego y decides después es ya hora de activar el espíritu que habita en ti, pues no todo lo que viene de Dios puede parecer cuerdo, pues la cruz sigue siendo locura para los inteligentes y sabios y el evangelio motivo de escándalo para los del mundo, cuida que tus sentimientos no sean los mismos porque el que no está conmigo, está contra mí, aunque por su boca diga lo contrario.
Aquí estáis congregados, este lugar es “Nuestra Señora de la Luz”, pues este centro debe iluminar el resto, pero no olviden, la luz puede ser también apagada voluntariamente, no sean ustedes los que quiten lugar a esta luz para que crezca sino que abran sus corazones para que desde aquí ilumine al mundo. Haré que el mundo entero eleve voces de recriminación hacia mí por los enormes daños que se causarán entre ellos mismos, no comprenderán que son sus propias víctimas y que son ellos mismos armas y heridos, es para que aprendan a elegir el camino que corresponde. Sin posibilidad de error no hay elección y tengan paciencia, todo llega a su tiempo, sean confiados, pues lo que gesta el Señor en su pensamiento nadie lo aborta, lo que endereza el Señor, nadie lo tuerce, lo que el Señor ilumina nadie lo oscurece.
Haced mejor vuestras oraciones, no debía hablar pero lo estoy haciendo en atención a mi Madre que está aquí y a la promesa que hice por este día en especial.
Poned más espíritu y menos mente, más fe y menos pruebas a vuestro Dios. Ustedes eligen, no se puede servir a dos amos. Si tienen en sus vidas algo que me reemplaza, debéis elegir.
El que quiera ponerse en mi lugar, sepa que mi lugar ha sido ante todo la cruz, dice el Señor, pues si he llegado al trono de la gloria, ha sido a través de ese camino santo del dolor, aceptado por amor a ustedes.
Aquél que quiera solo el trono está perdido, la cruz es prueba de amor y bendición, seguid trabajando, sed agentes multiplicadores de mi Palabra con vuestra obras a cada momento. Nada debe importarles más que salvar almas, el tiempo apremia, la Justicia pide paso, la misericordia se acorta por la inmensidad de los pecados. Cambiad vosotros y haced cambiar, no os quedéis mirando el cielo, pues Aquél que han visto partir, volverá cuando menos lo esperen, ¿y qué le mostraréis? Guardad lo dicho y obtendréis paz. Continuad orando mejor.

Lectura: II Macabeos, Cap. 15, Vers. 17.

El Señor bendice a los presentes y a los objetos. Pide el Señor que en esta próxima semana hagamos todas las renuncias posibles, todos los reemplazos posibles por todos los que conocemos y amamos, y en especial por aquellos que persiguen esta Obra, pide el Señor también que hagamos rezar un avemaría todos los días a todos los niños, aún a aquellos que encontramos accidentalmente, aconsejándoles un avemaría, pues esa pequeña oracioncita fortalecerá más esta Obra que todas vuestra oraciones de esta semana. Porque la fuerza del niño está en su limpieza, sed como ellos, el adulto no se conforma con crecer en edad, sino que crece en orgullo, en soberbia, inteligencia, ciencia, falta de piedad, sensualidad, caprichos, su crecimiento es al revés, pues cuanto más crece más se hunde en el pecado, haced crecer los valores del niño, haced crecer los dones que el Señor les ha dado y así seréis verdaderos apóstoles y testigos de la Palabra.
Yo bendigo a todos ustedes aunque no todos merecen ser bendecidos, pero la paz llegará a sus corazones. Aún hay tiempo, tiempo para la entrega, pero no dejen pasar más pues hoy mismo puedo llamarlos a mi Reino. Estad preparados siempre. Yo os bendigo a todos ustedes y a todos los elementos de culto y oración, recibid la bendición en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Ganad batallas para mí, ganad batallas con vuestras oraciones, triunfad sobre el mal con mi fuerza, Yo no os faltaré nunca. Bendita sea por siempre mi Madre que os ama y os acerca a mí.
Marchad en paz.




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