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RECORDAD LA UNIDAD,
LA UNIDAD CON LA SANTA MADRE IGLESIA
Y LA UNIDAD ENTRE VOSOTROS

Berazategui, 20 de noviembre de 1987
Cenáculo Jesús y María por la salvación de las almas

Dice el Señor, esta es la misma voz que ha ordenado acallarse al viento y aquietar las olas del mar y ha logrado que las fuerzas de la naturaleza le estén sometidas, mas aún no puede doblegar el corazón humano pues este corazón se endurece día a día convirtiéndose en piedra.
Dice Nuestro Señor, sabed que Yo les daré, dice el Señor, triunfo sobre toda criatura, si confiáis en mí y si guardáis un secreto, el secreto es la unidad en el amor, vivid unidos en el amor a mí y entre ustedes y así no habrá fuerza capaz de arrancaros de mi lado.
Dice el Señor que ve que hemos puesto ahora voluntad para cambiar lo que le desagrada y por eso Él también pone de su parte enseguida su palabra apoyándonos.
Dice el Señor que ninguna de las propuestas será desechada todavía pero que se debe esperar para usar cada cosa a su tiempo. Me agrada, dice el Señor, que se preocupen por la Obra, pero hay otras cuestiones que aún no están arregladas y sin arreglar eso no se puede avanzar más; hay que esperar aún un poco, pero ya estamos a las puertas.
Oíd el llamado de vuestro Señor, mundo atormentado por los excesos, acicateado por los demonios, engañado por el maestro de engaños y escondedor de verdades, conducido hacia el abismo, por aquél que habita en el abismo. No os dejéis sofrenar en vuestro intento por convertiros y no os tranquilicéis unos a otros diciendo: “hacemos bastante”, nunca es bastante, siempre hay más para hacer por vuestro Señor, a la vez siempre Yo haré más por vosotros. ¿Qué puedo deciros para atraeros a mí?, solo que os amo, solo que os amo profundamente y os quiero tener en mi Reino, no os dejéis hundir en el fango del pecado, el agua que brota de mi corazón misericordioso os dejará relucientes como nubes en tarde de sol, pero debéis empeñaros en la lucha contra el enemigo. No estáis solos, pero luchad, pues es difícil mantenerse en un mundo tan pervertido. Recordad la unidad, la unidad con la Santa Madre Iglesia y la unidad entre vosotros con vuestras oraciones, sacrificios, penitencia, ofrecimientos, renuncias, reemplazos, unos por otros, no os basta con pensar en vuestra propia salvación, preocupáos por vuestro prójimo y así obtendréis gracia para ambos y sabed que no hay sacrificio que no sea agradable al Señor, todo lo que hacéis es tenido en cuenta, todo. Es bueno que temáis, pero no os dejéis amedrentar por ese temor, que eso os lleve a pedir fuerzas para continuar. Aún el que teme puede ser heroico, mas el que no teme, es necio, pues no tiene conciencia del peligro que acecha su alma.
Debo volver a llamaros la atención sobre las lecturas, cuidad las lecturas que realizan vuestros hijos y vosotros mismos, mirad que el engaño penetra por todas partes, estad alertas y vigilad. Continuad orando.

Lectura: San Marcos, Cap. 1, Vers. 14 al 20.

Durante los dos misterios pasados hablaba el Señor de la satisfacción que le producen nuestras oraciones, en el tercer misterio decía: ánimo, ánimo, hijos míos, orad así, cuando oráis así nada se les negará. Y ahora en el cuarto1 cuando empezaba, el Señor decía: Oh, cuánto consuelo da a mi corazón una oración bien hecha.
También dice el Señor que está de acuerdo con la guardia de honor de María Santísima y que va a disponer un ángel especial para que acompañe a nuestro ángel guardián en la tarea de recordarnos y ayudarnos a orar bien durante el tiempo que nos comprometamos a hacerlo en honor a su Madre. Ese ángel va a estar siempre a disposición de esa tarea específica también y el Señor le va a encargar a San Miguel Arcángel para que lo mencione y lo ponga a la tarea. Dice el Señor que por eso Él también quiere aportar algo para esta iniciativa de alabanza a su Mamá.
Pide el Señor que en esta semana tratemos de comulgar lo más frecuentemente posible en expiación por las comuniones sacrílegas y que luego de esas comuniones digamos: “Señor Jesús, toma mi corazón como prenda de mi amor por ti y perdona a mis hermanos que te han herido, por los méritos de tu santa Pasión.”
Dice el Señor que muchos se han asustado porque los enfermos a los cuales se les impone las manos o los pétalos han empeorado y esto es porque esos enfermos no están en estado de gracia al recibir esa bendición y el efecto se hace contraproducente porque su cuerpo rechaza la gracia del Señor que también lo hace así su espíritu y no permite penetrar la misericordia pues a la vez quieren curarse pero no quieren convertirse.
Dice el Señor que el día de la consagración2 va a dar un mensaje y que después yo3 lo voy a extender a todos... si... que va a ser para todos.
Dice que sigamos rezando bien como lo haciamos con fuerza que Él ahora se siente alabado como corresponde, se siente bien entre nosotros cuando se le reza mal se le produce un dolor más en su Corazón. Y recién estaba y está otra vez un ángel con una cesta, cuando ustedes decían las intenciones, el ángel las ponía allí y las juntaba todas y luego las acercará al Señor porque Él ya sabía que hoy ibamos a rezar mejor y ya había dispuesto todo así porque las intenciones iban a ir mucho más rápido hoy que antes... que continuemos la oración.
Va a dar la bendición el Señor y mientras ustedes iban colocando los objetos4 decía, me agrada, dice, que confíen en tus manos pues Yo he confiado primero en ellas al concederte la gracia de dar bendición y sanar los enfermos, ahora ellos deben confiar también en ellas.
Yo bendigo, dice el Señor, a través de este instrumento paso mi gracia a estos objetos. Quedarán impregnados del amor hacia mi Palabra y la virtud de la humildad.
Bendice el Señor en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
A todos vosotros que deseáis estar a mi lado, dice el Señor, y que deseáis mi bendición os doy las mismas gracias que entregué siempre y desde el principio a través de mi Santa Iglesia acercáos a ella si me queréis a mí y allí me encontraréis. No os importe el sacrificio con tal de encontrarme pues os aseguro que no hay tesoro mayor que la gracia de vivir a mi lado, Yo os bendigo y doy la paz, os sano de vuestras enfermedades físicas y espirituales, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Id en paz vuestro Señor os ama.


1 misterio del santo rosario.
2 22 de noviembre de 1987.
3 vidente.
4 en las manos del vidente.




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