CARGANDO...
POR FAVOR, ESPERE...




Cargando...
PROFECÍAS CUMPLIDAS Y MENSAJES CONFIRMADOS
ADVERTENCIAS FINALES
MENSAJES UNIVERSALES
MENSAJES SOBRE ARGENTINA
MENSAJES ESPECIALES
EL BUEN PASTOR Nro. 1 al 10
EL BUEN PASTOR Nro. 11 al 20
EL BUEN PASTOR Nro. 21 al 30
EL BUEN PASTOR Nro. 31 al 40
EL BUEN PASTOR Nro. 41 al 47
ÚLTIMOS MENSAJES
CONOZCA NUESTROS SITIOS


Edición Nro. 3

ANTERIOR     |     SIGUIENTE





NO HE VENIDO A QUITAR SINO A DAR

Córdoba, 7 de marzo de 1988
CENÁCULO MARÍA, MADRE Y ABOGADA NUESTRA
BENDICIÓN DE AGUA

El Señor ya ha dado su aprobación para aquí también se forme un centro de oración, el nombre que tiene que llevar es “María, Madre y Abogada Nuestra”.
Dice el Señor que es muy difícil para todos mantener la espiritualidad cuando hay tal cantidad de personas pero que hagamos cada uno el intento de continuar la oración como hasta ahora porque su resultado será muy favorable para todos los hermanos más necesitados.
Oíd la voz del que habla, oíd la voz del que anuncia, oíd la verdad que verdad habla a vosotros. Todos lleváis dentro de cada uno mi Espíritu incrustado en lo profundo de vuestra alma que os inspira y os mueve hacia mí, mas vuestro orgullo, vuestra poca humildad, vuestra falta de consideración hacia vuestros hermanos, a veces os anula para recibirme. Avivad el fuego sagrado de vuestro Espíritu con oraciones fervientes, penitencias continuas, sacrificios heroicos, dadme de vuestra vida y vida os daré, mostrad amor en obras y vuestras obras serán cubiertas de amor por mí. Yo os he venido a buscar y os necesito, Yo os he venido a contratar, en la cruz he pagado el precio por vosotros, sois ahora míos, trabajad por mí y para mí, os deseo entregados a mi servicio.
El enemigo de la almas ha creado en esta época un culto especial a la belleza y al cuerpo humano que es contrario al culto espiritual que el Señor desea, os lo digo esta vez y por todas: no adoréis vuestro cuerpo, cuidadlo si, pero no hagáis de él vuestro dios, no pongáis vuestro cuerpo material en mi lugar, no penséis solamente en satisfacer los caprichos de la carne, pues de esta forma no se alcanza el Reino. Y aquellos que pensáis, “esto es algo pasado de moda”, “esto es algo que hoy no se habla”, no os mintáis a vosotros mismos, pues el alma existe desde que el hombre es hombre, y el cuidado de el alma es primordial, lo demás, pasajero.
Os he puesto entre vosotros a mi Santa Iglesia, Esposa, a la cual amo, vigilo y protejo continuamente. Ella os ha revelado mis verdades y os las sigue revelando continuamente a través de los sacerdotes que son mis ojos, mis manos y mi voz.
Y vosotros no habéis oído, hombres de poca Fe, por eso os mando aún a estos pobres instrumentos míos que apenas podrían cargar sus miserias intentando cargar las vuestras, su única virtud es la entrega incondicional, lo demás que ellos logran, es por mí y para vosotros, aceptad la nueva alianza con el Señor, convertíos y viviréis conmigo en mi Reino, la gloria eterna.
No deseo atemorizaros con la presencia del Infierno, pero sabed que existe y está esperando en sus llamas eternas a aquellos que nieguen a su Dios, a aquellos que destruyan su fe, a aquellos que quieran hacer su vida según sus caprichos mundanos; esto no es amenaza, es verdad.
Vosotros sois en esta ciudad los pimpollos de mi jardín, os dejo aquí en estos lugares un ángel custodio para que cuide de estas flores preferidas, ellos serán los celestiales jardineros que os harán crecer y elevar y exhalar vuestros perfumes que son vuestras oraciones y sacrificios; dejáos inducir por ellos, mantenéos en gracia y lograréis todo de mi mano, pues no he venido a quitar sino a dar, no he venido aún a castigar sino a llamar, no he venido a alejar sino a abrazaros. Abridme la puerta de vuestro corazón y habitaré en él.
Ved en el signo de las aguas benditas de hoy, el río de agua viva que desciende desde mi corazón hacia vosotros y os lava de los pecados, el símbolo sagrado del agua dadora de vida, a través de ella lograréis muchas gracias importantes si ponéis toda vuestra fe en ello y acompañáis vuestros actos con la oración continua. Deseo que extendáis vosotros en vuestra provincia también la devoción a la Divina Misericordia que es signo de estos últimos tiempos que vivimos, última tabla de salvación a esta humanidad pecadora. No os dejéis vencer por el enemigo, luchad, luchad continuamente, Yo no os faltaré, orad unos por otros, buscad puntos de coincidencia, la discordia nunca trae paz al corazón. Uníos, uníos a mí a través de estos lugares donde se ora y se pide, donde se agradece al Señor y se dan glorias a su nombre, pues el Señor os acompañará siempre y hasta el fin de vuestros días, a través de su Iglesia.
Elevad vuestros objetos piadosos para que sean bendecidos.
Recibid la bendición de Aquél que os ha creado, Padre, os ha redimido, Hijo, y os fortalece en la fe, Espíritu Santo.
La verdad avanza por vuestras calles con la frente alta y el corazón alegre, pues el triunfo está en vuestras manos, la verdad ha hablado, dice vuestro Señor, la verdad es el amor.

Lectura: II Corintios, Cap. 13, Vers. 1 al 10.





ANTERIOR     |     SIGUIENTE