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FORMAD VUESTROS CENTROS
Y CENÁCULOS DE ORACIÓN

CAPITAL FEDERAL, 13 de mayo de 1988
CENÁCULO MARÍA, MADRE Y MAESTRA

La paz descienda sobre vosotros.
Una vez más vuestro Señor se hace presente en medio de su pueblo que lo reclama a través de la oración y los sacrificios.
No vengáis a mí con rostros endurecidos por el orgullo, no vengáis a mí con pensamientos vanos, no vengáis a mí si no deseáis que os convierta. Mas vosotras, mansas ovejas de mi grey, acercaos con confianza a vuestro Pastor que os ama, pues Yo os seguiré guiando a pesar de los problemas y dificultades de cada día.
Dad gracias a esta Madre pues Ella intercede de continuo por vosotros y por su maternal intervención estáis logrando gracias extraordinarias.
Muchos critican mis palabras, muchos de vosotros pensáis que me dirijo a vosotros en forma demasiado dura, buscando el miedo, y en realidad no es así y prestad atención: Si sentís miedo por mis palabras es porque no estáis trabajando de acuerdo a ellas y debéis trabajar hasta lograr ser imbatibles.
Quiero impasividad en vosotros acerca de las amenazas pues no hay amenaza velada en mis palabras, sino hay verdad, y no quiero que tembléis frente a la verdad. No deseo impasividad necia, deseo impasividad santa, permaneced tranquilos, humildes y confiados, quién confía vence el miedo, confiad, confiad... Pronto arribaréis a la primera corona de cenáculos, los primeros cincuenta lugares donde se alaba a mi Santísima Madre y se realizan mis pedidos y oraciones. De allí en más, os he enseñado como hacerlo, os dejaré en libertad de continuar estos primeros pasos, os he acompañado con mayor fuerza mostrándoos como dar nombre a cada lugar y que espíritu mantener en ellos. Cumplidos los cincuenta primeros, la primer corona, podréis vosotros continuar solos. Formad vuestros centros y cenáculos de oración, ponedle vosotros los nombres y Yo igualmente os visitaré y os dejaré mi ángel al estar allí mi elegido. No es esto el final de mi Obra solo dejo en vuestras manos la elección del nombre para facilitar la multiplicación rápida pues harán mucha falta, muy pronto, muchos lugares de oración. Por lo demás todo sigue igual, estando Yo presente, siempre hallarán la paz.
Y no busquéis más motivaciones externas para vuestra fe. Extraed de lo profundo de vuestro corazón esa perla, esa piedra preciosa que es la acción del Espíritu Divino y hacedla producir al máximo de sus capacidades para lograr una auténtica conversión desde adentro hacia afuera, desde el interior al exterior, irradiando gracia recibida a través de sufrimientos y oración. Solo así os salvaréis y salvaréis a otros.
Y recordad, no es que mi lenguaje sea duro, es que la humanidad está especialmente alejada de mi palabra. Recordad el ejemplo de Esteban, pues al oír el anuncio de la Buena Noticia rechinaban sus dientes contra él, no porque Esteban estuviese anunciando barbaridades; Yo he permitido que me viera en mi lugar y su testimonio contrastaba con la falsedad circundante. Eso sucede con todos los cristianos que deseen seguir a su Señor, serán contraste, serán motivo de burla, pero Yo os acompañaré.
Sed fieles, ovejas mías y recordad siempre a vuestra Madre pues por fin, lo he dicho y hoy debo repetirlo, el Inmaculado Corazón triunfará, y el triunfo de su Corazón es vuestro triunfo y el mío.
Os bendigo, sed fieles a la Santa Madre Iglesia y obtendréis paz, os amo como Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Guardáos de los falsos mensajeros que vendrán a vosotros en mi nombre, guardáos de los lobos y acudid a mí. Tened paz.

Lectura: Apocalipsis, Cap. 5, Vers. 9 al 14.





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