Edición Nro. 7
DE VUESTRAS FUERZAS
1 de octubre de 1988
Este lugar ha sido por mucho tiempo mi Reino pues aquí reina mi corazón1 y en un lugar donde soy proclamado como Rey y Señor no puede faltar mi Palabra y mi enseñanza, esto afirma mi presencia real y verdadera en los lugares consagrados a mi servicio. Y aunque nadie lo recuerde mi nombre está grabado aquí.
Una dificultad coloca el demonio entre vosotros y mi palabra, una dificultad fácil de vencer si os ponéis en mis manos. Yo os enseñaré, Yo os mostraré hoy el camino. Muchos de vosotros recibís mis pedidos y pensáis que el no cumplimiento textual de los mismos os exime de recibir las gracias y os deja al margen mas no es así. Cada vez que os hago un pedido este apunta a traeros a mí en el máximo de vuestras capacidades intentando sacar de vosotros el adormecimiento y llevaros al sacrificio. Si os digo ayuno, dos veces por semana, deseo que os esforcéis por cumplirlo, mas si no lo lográis por debilidad propia, por vuestro estado físico, por vuestra naturaleza ¿cómo puedo recriminaros ya que todo eso os ha sido dado de mi mano y sois mi creación? Si Yo os he dado vida, conozco vuestras limitaciones, y jamás, atended esto, jamás os pedire más allá de vuestras fuerzas. Y si apunto alto en los pedidos es para lograr de vosotros lo mejor. Habéis oído que os pido asistencia a la Santa Misa, esto supone un sacrificio y puede hacerse, mas si otras obligaciones de trabajo os dejan sin efecto este pedido no os entristezcáis sabed que estáis cerca mío ofreciendo ese momento aunque no logréis llegar y así para todo, siempre tomaré en cuenta vuestra recta intención y no los resultados ni cosas y prácticas exteriores que realicéis, pues muy bien podéis vosotros hacer todo y no convertiros y eso no es bueno a mis ojos.
También vuestras oraciones y este momento de sacrificio especial atrae bendiciones y gracias sobre este lugar donde desde hace mucho tiempo ha estado mi presencia y hoy se honra como merece.
Venced, hijos míos, toda dificultad para cumplir con mis pedidos pues la fuerza que recibiréis no es vuestra sino mía
. La bendición y paz para vosotros y vuestros hijos, nunca os olvida vuestro Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Los mayores logros en vuestra vida espiritual los alcanzaréis sin daros cuenta si os entregáis a mí pues Yo, artesano de las almas, puedo trabajar en vosotros si me dáis de vuestra voluntad.
Amad y eso es todo, el Amor es la raíz. Tened paz.
1 Se halla entronizado el Sagrado Corazón de Jesús.
EL BUEN PASTOR
COPYRIGHT BY FUNDACIÓN MISERICORDIA DIVINA
ASOCIACIÓN DE LAICOS CATÓLICOS
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