CARGANDO...
POR FAVOR, ESPERE...




Cargando...
PROFECÍAS CUMPLIDAS Y MENSAJES CONFIRMADOS
ADVERTENCIAS FINALES
MENSAJES UNIVERSALES
MENSAJES SOBRE ARGENTINA
MENSAJES ESPECIALES
EL BUEN PASTOR Nro. 1 al 10
EL BUEN PASTOR Nro. 11 al 20
EL BUEN PASTOR Nro. 21 al 30
EL BUEN PASTOR Nro. 31 al 40
EL BUEN PASTOR Nro. 41 al 47
ÚLTIMOS MENSAJES
CONOZCA NUESTROS SITIOS


Edición Nro. 9

ANTERIOR     |     SIGUIENTE





MUCHOS PENSÁIS ¿Y QUE QUIERE EL SEÑOR?
CONFIANZA Y CONVERSION

MORENO, 27 de enero de 1989
PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO

La paz a vosotros, ovejas de mi grey. Y os llamo ovejas de mi grey a pesar de que no todos quieren serlo: aún vuestro lugar está reservado. Retornad al corral que os corresponde pues el Buen Pastor está aquí y os llama.
Muchos preguntáis ahora porque el Señor debe manifestarse en estos tiempos y os basta con mirar a vuestra derecha y a vuestra izquierda y veréis razones y motivos sobrados para que Dios mismo haga el trabajo que sus hijos no desean hacer. Como así ningún ofrecimiento tuvo el valor de aquél que realizó el mismo Dios hecho hombre también vuestras obras carecen de valor si en ellas no colocan de por medio la intervención del Señor. No os he llamado para juzgar al mundo: Yo juzgaré; no os he llamado para que seáis guías sino para que seáis mis ovejas, no os he llamado para que déis grandes discursos sino para que demostréis que sois míos en las pequeñas cosas de cada día. Pasad primero las vallas pequeñas y luego saltaréis las mayores. ¿Por qué el Señor debe hablar? porque vuestro Señor está viendo a sus seguidores, llamados cristianos, que dejan de lado la doctrina de Cristo para acomodarla según su placer y comodidad. Es verdad que os he llamado amigos, pero no seáis falsos amigos conmigo ni me traicionéis, pues Yo soy fiel, ¿y vosotros?
No olvidéis que soy vuestro Señor y si os llamo amigos es para animaros a que no temáis, mas la Justicia existe en mí como existe la misericordia. No intentéis aprovecharos solamente de las gracias o sufriréis mucho, pues Yo que todo lo veo, veo vuestras intenciones y así os concederé; seré amigo fiel para quién sea fiel conmigo, por obra de Justicia, y aún más, daré cien veces más de lo que vosotros me dáis por misericordia, mas no soy un títere de vuestros caprichos, ni intentéis acomodar vuestra vida bajo una máscara, porque bajo cualquier disfraz, el Señor ve la verdad y esta es la verdad: vengo al mundo con mi Palabra para vosotros; no seáis necios y abrid vuestro entendimiento, manteneos firmes en la oración y los sacramentos. Acompañad siempre a la Santa Iglesia en sus iniciativas piadosas y Yo no os faltaré.
Deseo que vosotros comencéis a realizar a partir de ahora eligiendo un día por semana, una hora de expiación en familia, en la cual, todos los miembros de la misma, oración de por medio, entreguéis lo que habéis hecho de bueno en mis manos y prometáis rechazar lo malo para siempre. Ese ajuste de cuentas semanal conmigo fructificará en una mayor armonía en la familia; intentadlo, todas vosotras, familias, que os habéis consagrado a este Jesús, Rey de Misericordia que os ama. Y algo más: fijáos bien, pequeños míos, como recibís la comunión, como comulgáis con mi Cuerpo y mi Sangre, desde vuestro aspecto exterior, hasta vuestra preparación previa, respetad esa presencia sagrada y aprovechad al máximo las gracias que mi cuerpo recibido os dá. No comulguéis inconscientemente, no comulguéis fríamente, no os acerquéis frívolamente, no seáis motivo de escándalo: acercáos con confianza, con fe y en diálogo íntimo conmigo, solo así podré trabajar vuestra alma en la manera que lo deseo y seréis por fin mi imagen en vuestras almas para vuestros hermanos.
Muchos pensáis ¿y qué quiere el Señor? confianza y conversión. Si vuestra vida llevara el camino correcto, no haría falta llamaros la atención, mas estas manifestaciones extraordinarias son para eso: para que cada uno de vosotros sepa en qué corregirse, cuándo y cómo... y confiar. No castigaría a aquél que con buena voluntad desea retornar a mí.
Recordad las velas benditas para el próximo día viernes. Deseo que estas familias consagradas a mí, todas las familias, las tengan en su hogar, como signo de mi presencia pues Yo soy la luz del mundo.
Tened paz, desde mi prisión de amor (Sagrario) donde os espero diariamente, os bendigo y os doy, según vuestra fe en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo.
Aún no ha pasado la hora de reunir el rebaño, apurad el paso, venid, la puerta está abierta y el Pastor os espera. Paz a vosotros.

Lectura: II San Pedro, Cap. 3, Vers. 11 al 16.





ANTERIOR     |     SIGUIENTE