CARGANDO...
POR FAVOR, ESPERE...




Cargando...
PROFECÍAS CUMPLIDAS Y MENSAJES CONFIRMADOS
ADVERTENCIAS FINALES
MENSAJES UNIVERSALES
MENSAJES SOBRE ARGENTINA
MENSAJES ESPECIALES
EL BUEN PASTOR Nro. 1 al 10
EL BUEN PASTOR Nro. 11 al 20
EL BUEN PASTOR Nro. 21 al 30
EL BUEN PASTOR Nro. 31 al 40
EL BUEN PASTOR Nro. 41 al 47
ÚLTIMOS MENSAJES
CONOZCA NUESTROS SITIOS


Edición Nro. 12

ANTERIOR     |     SIGUIENTE





SI VUESTROS PROPIOS HERMANOS
OS DEJAN DE LADO O SECRETAMENTE
OS CRITICAN ES PORQUE NO ENTIENDEN
LOS TIEMPOS QUE CORREN

21 de julio de 1989

Mi paz a vosotros, ovejas de mi grey.
Han llegado los momentos en que luego de una etapa de crecimiento individual, debéis mostrar la solidez de una Obra que ha nacido como fruto de la misericordia divina y debéis mostrarlo con vuestro proceder. No dejéis pasar oportunidad para hablar de mí con palabras o con obras, no dejéis pasar oportunidad para ofrecer todo lo que hacéis a mí, pues así transformáis todo en plegaria agradable a vuestro Padre del Cielo que bendecirá con abundantes frutos vuestras iniciativas, no dejéis pasar oportunidad de pedir y sacrificaros por otras almas que necesiten de la ayuda que viene de la gracia de Dios para no perderse definitivamente en el abismo; no dejéis pasar oportunidades y sed valientes. Yo estoy con vosotros en cada prueba, y si este mundo no os comprende y os combate, y si vuestros propios hermanos os dejan de lado o secretamente os critican es porque no entienden los tiempos que corren, pues al venir en forma humana a este mundo, escribas y fariseos se han opuesto a mí, ha sido porque no han sabido ver el tiempo y sus señales, pues la plenitud estaba allí, frente a ellos, el Reino había bajado frente a ellos, mas su corazón duro prefería su propia opinión antes que la verdad que Yo les mostraba, y por no querer discernir correctamente, perdieron la gracia de conocerme: guardaos que no os suceda lo mismo, pues éstos son los tiempos de los cuales se hablaba, éstos son los tiempos del mayor trabajo de mi enemigo y el vuestro, éstos son los tiempos de mi Madre, siempre Madre, siempre Virgen, que con su Corazón Inmaculado está formando el escuadrón invencible que aplasta la cabeza del enemigo de las almas definitivamente, éstos son los tiempos de la misericordia para los pecadores arrepentidos, éstos son los tiempos de despertar, debéis despertar de vuestro letargo y sacudir a otros con vuestra forma de seguirme. No temáis la locura, aquí tenéis un guía cuerdo; no temáis la burla, vuestro Maestro también ha pasado por ella; no temáis la incomprensión, el mundo no conoce las cosas de Dios, temed solo al Altísimo, temed y amad su inclinación amorosa hacia vosotros, temed por vuestras debilidades, amadlo por su misericordia, así es vuestro Dios: lento para el enojo y pronto para el perdón, mas la humanidad entera ha abusado y en forma indigna de mi misericordia, por eso, estos tiempos que vivís son propiamente dicho: los Ultimos Tiempos, últimos para arrepentiros, últimos para trabajar por el Reino, últimos para volver a Dios, últimos para aquellos que han elegido la oscuridad, creáis o no, entendáis o no: ésto es así. Si estos tiempos no fueran especiales no habría tantas manifestaciones del Cielo y del Infierno, unas para atraeros a mí, otras para confundiros, solo el que tiene la luz de la fe y la gracia de Dios puede discernir con corrección.
No perdáis la paz, amados míos, no os dejéis engañar por aquellas voces que creen tener mayor autoridad que la voz del Creador, pues nada hay en lo que vuestro Señor os da que pueda haceros mal, sino en cambio, siguiendo el camino que os marco, llegaréis a la auténtica santidad. Todos vosotros estáis llamados a servirme con humildad en vuestros lugares con las pequeñas cosas, siendo fieles en lo poco se os irá confiando más. Signo de este llamado son los objetos que habéis traído hoy aquí, sacramentales, para su bendición. Estos objetos son bendecidos ahora y su fuerza está en la práctica cristiana que realicen quienes los porten, pues si echáis agua sobre una piedra, ésa resbala, mas si la echáis sobre una esponja, ésta absorbe toda el agua, así es con la gracia que emana de mi bendición, elegid vosotros: piedra o esponja.
Descienda sobre estos objetos la bendición del Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Y sobre cada uno de vosotros, hijos míos, también mi bendición para que obtengáis la fuerza necesaria de continuar en el camino que el Señor os ha marcado. Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Las palabras de los hombres son siempre discutibles, las palabras del Señor son la verdad. Vivid la verdad y moraréis en el Cielo. La paz con vosotros.

Lectura: Mateo, Cap. 7, Vers. 13 al 20.





ANTERIOR     |     SIGUIENTE