DAD VOSOTROS DE LO VUESTRO
PARA PARTICIPAR DE LA HERENCIA CELESTIAL
Córdoba, 27 de enero de 1990
La voz que habla a los oídos de las almas se acerca hoy a vosotros, una vez más para llamaros al cumplimiento de mis pedidos sin demora, pues, por la forma en que procedáis os conocerán y por lo que déis os juzgarán y por la forma en que tratéis a otros os distinguirán del resto, pues la mediocridad se ha apoderado de la humanidad en general y un achatamiento de la fe se ha producido día tras día llevando a un enfriamiento glacial de las almas. Vosotros portáis fuego, es el fuego de mi amor y este fuego hará arder en otros la llama de la misericordia para bien del mundo y salvación de todos aquellos que desean acercarse sinceramente a mí. Mucho falta por hacer, mas Yo estoy con vosotros.
Tened paz y seguid firmes en el camino que habéis elegido, pues si una vez os he llamado, no os negaré ahora la posibilidad de seguirme a tiempo y sobre todo plan humano, la mano de Dios se mueve providencialmente.
Yo os bendigo, que mi Amor habite en vosotros en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Dios os da todo, dad vosotros de lo vuestro para participar de la herencia celestial.
Mi paz llegue a vuestros corazones.
Lectura: Hechos de los Apóstoles Cap. 17, Vers. 29 al 31.
COPYRIGHT BY FUNDACIÓN MISERICORDIA DIVINA
ASOCIACIÓN DE LAICOS CATÓLICOS