BAJO NINGUNA CIRCUNSTANCIA
15 de marzo de 1991
Mi Corazón lleno de amor tiene sed de almas, está ansioso por ejercer con cada uno de vosotros su oficio de Redentor y Salvador. Con suavidad y firmeza edificaré dentro vuestro, una ciudad que colmaré de gracia y bendición y con vuestra ayuda esta ciudad de luz transmitirá esa luz a otros en los cuales también trabajaré; esa es la misión de la misericordia de vuestro Señor, llegar a cada hombre y trabajar en él hasta formarlo en una imagen agradable al Padre de los Cielos. Confiad en mí y Yo os modelaré, abandonáos en mí y Yo os guiaré, velad por mis intereses, Yo atenderé los vuestros, entregaos al trabajo por mí y Yo os reemplazaré en vuestras tareas y duplicaré vuestras fuerzas y centuplicaré vuestro rendimiento, mas hacedlo todo con alegría y solo por amor a mí y a las almas.
Si vosotros habéis encontrado el tesoro de la fe, ¿no deseáis acaso que otros lleguen también a ese encuentro con el máximo tesoro de su vida?, y no desesperéis bajo ninguna circunstancia por que nada escapa a la intervención divina. Tened paz, sed fuertes en las pruebas, dignos Apóstoles de los Últimos Tiempos, en humildad y obediencia.
Yo os bendigo, recibid la salud de cuerpo y alma, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Todo lo que necesitéis está en mí, fuera de mí nada hay que os pueda servir. Paz a vosotros.
Lectura: San Lucas, Cap. 23, Vers. 47 al 49.
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