CARGANDO...
POR FAVOR, ESPERE...




Cargando...
PROFECÍAS CUMPLIDAS Y MENSAJES CONFIRMADOS
ADVERTENCIAS FINALES
MENSAJES UNIVERSALES
MENSAJES SOBRE ARGENTINA
MENSAJES ESPECIALES
EL BUEN PASTOR Nro. 1 al 10
EL BUEN PASTOR Nro. 11 al 20
EL BUEN PASTOR Nro. 21 al 30
EL BUEN PASTOR Nro. 31 al 40
EL BUEN PASTOR Nro. 41 al 47
ÚLTIMOS MENSAJES
CONOZCA NUESTROS SITIOS


Edición Nro. 28

ANTERIOR     |     SIGUIENTE





OS ADVERTÍ DE LA SERIEDAD
DE LA COMUNIÓN EN LA MANO

16 de agosto de 1991

Mi paz a vosotros, ovejas de mi grey.
Oíd con atención: no permitáis que en vuestras vidas el enemigo de las almas siembre la semilla de la discordia; no dejéis acrecentar vuestro orgullo ni permitáis que vuestra conciencia sea silenciada; no creáis que siempre obráis acorde a mis designios, cuando en realidad vuestra voluntad dirige sus pasos hacia vuestras propias metas y objetivos. Si no os entregáis sinceramente a mí, si no abrís vuestro corazón, nada lograréis, ni ahora ni después; si no colocáis vuestras almas en actitud humilde frente a mí, sin reclamar nada por derecho propio, sino haciendo una solicitud humilde y simple, nada lograréis ni alcanzaréis y no es por mi empecinamiento sino por el vuestro, y no es por mi falta de intervención sino por no haber dado vosotros lugar para la misma. No perdáis oportunidad tras oportunidad de volver a mí, porque una de ésas puede ser la última.
Os advertí sobre la seriedad de la comunión en la mano y ya sabéis que en muchas partes se practica ahora como algo normal; nadie parece ver, nadie parece oír, nadie parece interesarse sobre este sacrilegio que se comete día a día con total normalidad. Vosotros, debéis reparar, con vuestras comuniones de rodillas, en todas partes, frente a toda persona, en cualquier lugar. Vosotros sóis los que debéis gritar con vuestro ejemplo: ¡Dios está aquí! ¡Dios os espera!, y así humillados ante Dios y ante los hombres, seréis grandes en santidad. No olvidéis que el primer humillado he sido Yo, siendo vuestro Dios.
Tened paz, vivid buscando la verdad, vivid defendiendo la verdad, vivid practicando lo que la Verdad os exige y alcanzaréis la verdadera felicidad. Yo os bendigo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”). La paz habite en los corazones humildes.

Lectura: San Mateo, Cap. 7, Vers. 15 al 20.





ANTERIOR     |     SIGUIENTE