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Edición Nro. 35

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YO MARCO LOS CAMINOS
EN LA VIDA DE CADA HOMBRE

23 de octubre de 1993

La paz con vosotros, ovejas de mi grey.
Pobre de aquél hombre que confía en otro hombre o en sí mismo, olvidando poner la mayor parte de su confianza en mí como Dios, pues Yo marco los caminos en la vida de cada hombre y dispongo todos los sucesos de manera tal que no falten oportunidades para que todos los hombres se encuentren conmigo. Mas si el hombre confía en el hombre, seguirá solo caminos de hombre, que lo llevarán lejos de Dios, lejos de mí, lejos de mi amor. Y ¿a quién recurrirá, pues, esta humanidad cuando aquellos hombres en cuya fuerza e inteligencia ha puesto su confianza la defrauden o engañen o se muestren impotentes frente a problemas que solo dependen de mi intervención?, ¿dónde irá, pues, esa humanidad extraviada? Enseñadle vosotros el camino de la misericordia y el perdón, el camino del regreso hacia la casa del Padre Celestial, el camino, la verdad y la vida. Enseñadle, pues, vosotros el rostro vivo de vuestro Señor, pues Yo estoy así, día a día, esperando que esta humanidad se vuelva a mí, y aún la misma naturaleza se retuerce contra el hombre por su dureza de corazón. Los signos de mi presencia, los signos propios de este tiempo están allí para ser leídos por todos, mas no todos los entienden, antes bien, muy pocos son los que ven con claridad estas señales puestas en el camino de la humanidad. Sed vosotros de esos pocos estando siempre alertas a mi voluntad y buscando agradarme en todo momento.
Porque os amo os bendigo, recibid mi bendición en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Aprended de vuestros errores para no volver a caer. Paz.

Lectura: San Lucas, Cap. 5, Vers. 12 al 16.





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