ESTOY A LA PUERTA Y LLAMO
11 de noviembre de 1994
Corazones duros: ablandaos, el Señor está cerca; piernas flojas: fortaleceos, el Señor está a vuestro lado; ojos llorosos: enjugad vuestras lágrimas, vuestro Señor está cerca; demonios y servidores de Satanás: temblad, el Señor se aproxima a cumplir sus promesas; sufrientes y doloridos: consolaos unos a otros.
Sabiendo que vuestro Señor se aproxima no perdáis oportunidad de convertiros no sea que perdáis la última y demostréis demasiado interés en aquello que no os lleva al Reino de los Cielos o quedaréis anclados por siempre lejos de él.
Acudid mis ángeles en ayuda de esta humanidad, preparad según mis órdenes sus corazones, enjugad sus lágrimas, consolad sus sufrimientos, porque ya estoy cerca... estoy a la puerta y llamo, ¿y qué encontraré?
Pobre de aquél que siembra indiferencia frente a mis advertencias, porque con indiferencia será tratada su defensa frente al trono de Dios y no habrá apelación para su castigo. Ved, pues, con claridad, ¿quién se ha opuesto alguna vez a la voluntad de Dios y ha sobrevivido para jactarse? No será, pues, en estos días en que habrá excepción para los enemigos.
Prontos están los días en que contados serán mis seguidores, como el Resto de Israel, esos deben ser días de fortaleza espiritual que se prepara en este tiempo. Y no os dejéis abrumar por la rutina, encended la llama de vuestro amor por mí cada mañana y durante la noche velad en oración para no perder el camino pues el Señor está cerca.
Recibid mi bendición y mi paz en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
misericordia y amor tengo para este mundo... misericordia y amor... antes de regresar como el Justo Juez pues si se pierde de vista el juicio, no se hallará la fuerza para prepararse al mismo. Paz.
Lectura: I Corintios, Cap. 10, Vers. 23 al 33.
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