SIEMPRE SERÁ REFUGIO SEGURO
8 de septiembre de 1995
Sabed que éste, mi Santuario, siempre será refugio seguro para aquellos que lo han valorizado buscándolo en todo tiempo, y en los momentos de tribulación general, será oasis de paz y bendición. Mas para aquellos que no están aquí y desprecian mi presencia en éste, mi lugar elegido, no habrá sitio, pues, luego cuando el llanto y la desesperación cubran la humanidad entera, pues lo que ahora no valorizan no les será dado luego. Por infieles en lo poco y en la prosperidad, no se les confiará gracia alguna durante la necesidad extrema, pues justo es que quienes dan honor a mi Santuario y a mi presencia aquí, en cada vigilia de oración, tengan por ello un lugar de privilegio frente a mis ojos y los de mi Madre, que hoy os observa de forma muy especial.
Tened paz. Seguid el ejemplo de Aquella que todo lo abandonó para ponerse en manos de Dios y entregando todo, ganó mucho más aún de lo que podéis imaginaros. Seguid el ejemplo de mi Madre y no os perderéis de la buena senda.
Tened paz, Yo os bendigo pues habéis elegido acompañarme en esta vigilia de oración, y Ella os será de sumo provecho para vosotros y vuestras intenciones. Recibid mi bendición en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Combatid continuamente con vuestras distracciones. No permitáis que ellas os alejen de mi voz.
Paz a los que honran mi presencia en este Santuario.
Lectura: San Judas, Vers. 17 al 25.
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