CARGANDO...
POR FAVOR, ESPERE...




Cargando...
PROFECÍAS CUMPLIDAS Y MENSAJES CONFIRMADOS
ADVERTENCIAS FINALES
MENSAJES UNIVERSALES
MENSAJES SOBRE ARGENTINA
MENSAJES ESPECIALES
EL BUEN PASTOR Nro. 1 al 10
EL BUEN PASTOR Nro. 11 al 20
EL BUEN PASTOR Nro. 21 al 30
EL BUEN PASTOR Nro. 31 al 40
EL BUEN PASTOR Nro. 41 al 47
ÚLTIMOS MENSAJES
CONOZCA NUESTROS SITIOS


Edición Nro. 41

ANTERIOR     |     SIGUIENTE





MAS NO FORZARÉ VUESTRA LIBERTAD

16 de febrero de 1996

Mi paz con vosotros, ovejas de mi grey.
¿Conocéis acaso algún buscador de oro que se conforme recolectando piedras sin valor, plata o carbón, o más bien pone todo su empeño en encontrar aquello para lo que ha dedicado su vida? ¿Conocéis algún escritor de renombre que comenzado un libro no termine su obra con esmero para que sus lectores lo admiren cada día más? ¿Conocéis algún hombre de ciencia que dirigiéndose a sus discípulos inmediatos les mienta o les transmita conceptos equivocados acerca de sus experimentos y descubrimientos más famosos? Pues, no. El buscador de oro buscará hasta encontrar lo mejor, el escritor escribirá con todo su talento poniendo todo de sí, el científico transmitirá sus conocimientos, y así, en todo orden de la vida, los hombres buscan lo mejor. Pero no veis acaso que en el ordenamiento espiritual Yo os ofrezco algo más que el oro, más duradero que la fama, más poderoso que los conocimientos científicos, sin despreciar ninguno de ellos comparados a vuestro progreso espiritual son nada. Porque todo lo demás hoy es y mañana acaba con el tiempo, mas aquello que perfecciona y modela vuestra alma perdurará por siempre.
Dejadme trabajar en vosotros, dejadme hallar en vosotros la Obra terminada del amor de Dios, dejadme que os adorne con el oro de la caridad, permitidme cada vez más que escriba en vuestros corazones mis mandamientos y leyes, dadme oportunidad para que os transmita los conocimientos verdaderos que os permitirán alcanzar el Cielo. Soy vuestro Dios, mas no forzaré vuestra libertad. Tenéis frente a vosotros la posibilidad de dejarme actuar y ahora es el momento.
Tened paz, recibid mi bendición con fuerza y poder en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Vivid en este mundo pero acumulad vuestros tesoros en el Reino de los Cielos. Allí Yo mismo os recibiré si os lo merecéis. Paz.

Lectura: I Corintios, Cap. 7, Vers. 17 al 24.





ANTERIOR     |     SIGUIENTE