CARGANDO...
POR FAVOR, ESPERE...




Cargando...
PROFECÍAS CUMPLIDAS Y MENSAJES CONFIRMADOS
ADVERTENCIAS FINALES
MENSAJES UNIVERSALES
MENSAJES SOBRE ARGENTINA
MENSAJES ESPECIALES
EL BUEN PASTOR Nro. 1 al 10
EL BUEN PASTOR Nro. 11 al 20
EL BUEN PASTOR Nro. 21 al 30
EL BUEN PASTOR Nro. 31 al 40
EL BUEN PASTOR Nro. 41 al 47
ÚLTIMOS MENSAJES
CONOZCA NUESTROS SITIOS


Edición Nro. 43

ANTERIOR     |     SIGUIENTE





SEGUNDO MENSAJE UNIVERSAL

13 de agosto de 1989

La paz a vosotros, ovejas de mi grey.
Tomado en vuestro tiempo y según vuestro estado, ha llegado el momento de dar el segundo aviso para que sepáis que vuestro Dios sigue atentamente el curso de vuestra historia.
Mi primer anuncio no ha sido debidamente oído, muy especialmente en este país, que muy a pesar de ser elegido mío, ha desoído mi llamada y en poco número ha respondido al compromiso que mi Palabra significa, mas a pesar de esta desobediencia pasajera, vuelvo a anunciar un Mensaje Universal. Ésta es la segunda advertencia venida de vuestro Señor: no dudéis en acatar su llamada, pues quién la hace es la verdad y la verdad todo conoce.
Mi Iglesia, hijos míos, está siendo diezmada; su capacidad de trabajar por la construcción del Reino ha sido aniquilada en un sesenta por ciento. Muchos sacerdotes han apostatado secretamente y mantienen una cáscara de piedad y de prácticas, mas ya no son míos: entendedlo bien, su corazón está corrompido y sus almas están entregadas al trabajo del enemigo. Los errores se han difundido con velocidad alucinante, y muchos han adoptado posturas que dañan el cuerpo místico: se han invertido los mandamientos de mi ley, y el amor al prójimo ha anulado o reemplazado el amor a Dios. Esa misma palabra, amor, es enseñada con simple y pura sensualidad, con dura y repugnante actitud materialista, por muchos que deberían fortalecer las almas y las guían hacia los pastos envenenados de las doctrinas falsas. Este cuerpo místico llagado está pasando por su hora más crítica en todo el mundo: Europa ha sido arrasada, mas desde aquí, el Señor se opondrá a esa invasión de ateísmo e indolencia, si sabéis responder a mis llamadas. Pequeños grupos fieles trabajan secretamente como en los primeros tiempos, siguiendo con fidelidad las palabras de mi vicario en la tierra. Aquí la destrucción no ha sido aún medida, pero la frialdad ya se siente y el rechazo por las cosas de Dios es inminente: ya veréis pues, cómo reaccionan frente a ésto.
Una señal os daré: nuevamente se atentará contra la vida de mi vicario. Estad alertas, pues llegado ese momento, poco tiempo quedará para recoger las últimas ovejas que entren en el rebaño. Otro signo os daré: el gran país del norte será castigado por la furia de la justicia divina, la mirada de vuestro Señor partirá por el medio su geografía en un último llamado y castigo a la vez, castigo por su abandono de mi Palabra, llamado a los fieles para que su esperanza se mantenga firme. Y aquí, amados míos, en vuestro país Argentina, donde he sentado las columnas de mi misericordia, habrá sangre... habrá sangre, hijos míos, mas no temáis: aquí estoy Yo en medio vuestro.
Éste es el llamamiento del Corazón de vuestro Dios: si oís mis llamados podréis demorar la hora del castigo; si dejáis pasar el momento, comenzarán a vaciarse las iglesias y los sacrilegios estarán a la orden del día. Yo, el Señor, os llamo a vosotros, sacerdotes, elegidos míos: ved cuántas comuniones sacrílegas se reciben día a día, por no tener la debida preparación; ved cuántos sacramentos desperdiciados por falta de formación de quienes los reciben y por negligencia de los que están obligados a esa preparación. Mi Iglesia no se construye desde un escritorio, mi Iglesia se construye en la oración, en la penitencia, en el sacrificio y en la entrega al servicio del otro, por amor a mí.
Y vosotros, rebaño fiel, mucho deberéis sufrir por seguir a vuestro maestro, mas no será en vano, no será en vano, os lo garantizo.
Y este anuncio es el que debe ser conocido con mayor velocidad, pues es el remedio que antepondremos al trabajo del demonio. Debéis fundar la Orden Seglar de los Apóstoles de los Últimos Tiempos, a la cual pertenecerán todos aquellos que sigan mis Palabras, guiados por mis sacerdotes elegidos, con espíritu de unidad en la Santa Iglesia; recordadlo: en todas partes del mundo, mi Madre y Yo estamos llamando a un apostolado activo; no es solo oración: es acción.
Vosotros sois portadores de la gracia, obrad consecuentemente; quién tenga oídos que oiga.
Hijos Míos: poned vuestra voluntad a mi servicio y todo se logrará, no os desaniméis.
Yo os bendigo, recibid de quién os ama la bendición, en nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Mi paz reine en vuestros espíritus.
En el momento de recibirme en la Santa Eucaristía, recordad: Jesús, ven a mí, te amo... y estaré con vosotros. Paz a ustedes.

Lectura: Apocalipsis, Cap. 3, Vers. 14 al 22.





ANTERIOR     |     SIGUIENTE