CARGANDO...
POR FAVOR, ESPERE...




Cargando...
PROFECÍAS CUMPLIDAS Y MENSAJES CONFIRMADOS
ADVERTENCIAS FINALES
MENSAJES UNIVERSALES
MENSAJES SOBRE ARGENTINA
MENSAJES ESPECIALES
EL BUEN PASTOR Nro. 1 al 10
EL BUEN PASTOR Nro. 11 al 20
EL BUEN PASTOR Nro. 21 al 30
EL BUEN PASTOR Nro. 31 al 40
EL BUEN PASTOR Nro. 41 al 47
ÚLTIMOS MENSAJES
CONOZCA NUESTROS SITIOS


Edición Nro. 43

ANTERIOR     |     SIGUIENTE





RESPETAD, PUES, LA DIFERENCIA

15 de septiembre de 1995

La paz con vosotros, ovejas de mi grey.
Seréis testigos y portadores hoy de un reclamo que Yo, el Señor, hago a aquellos que difunden la devoción a mi Divina Misericordia.
Sabéis, esta tabla de salvación debe llegar con urgencia a la humanidad entera para que buscándome me encuentren allí, y puedan aferrarse a mí en los momentos de dolor que se aproximan. Mas sucede que algunos llevados por sus propios pensamientos, han compuesto otro tipo de oraciones con las cuales pretenden identificar esta devoción. Mas no es así: He tenido una confidente, un hija predilecta iluminada por mí. A ella he dictado palabra por palabra cuáles eran las oraciones que componían la Coronilla, la Novena, el Acto de Consagración, y le he mostrado mi imagen.
Sobre todo esto, enseñado directamente por mí, guardaré mi promesa, pues a ello se refiere. Mas sobre aquellas oraciones, pedidos y prácticas compuestas por personas piadosas, solamente daré la misma atención que doy a las oraciones personales de cualquiera de mis hijos que desea hablarme.
Entendedlo bien: las promesas de la devoción a la Divina Misericordia solo son válidas para aquellos que cumplen con las oraciones por mí dictadas directamente a través de Sor María Faustina Kowalska. Respetad, pues, la diferencia entre algo creado directamente por Dios y algo creado por la imaginación humana, aunque con buena intención.
Tened paz. Ved claramente el camino que he marcado y seguiré marcando siempre, y no os dejéis engañar con monedas adulteradas. Yo os bendigo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. (Todos responden: “Amén”).
Siempre que elijáis, elegid lo mejor. Si vuestro Señor os ha enseñado un camino, por qué buscar otros.
Paz a quienes valoran mi Santuario y mi ciudad.

Lectura: San Lucas, Cap. 8, Vers. 4 al 10.





ANTERIOR     |     SIGUIENTE