MUCHAS ALMAS QUE DEBÉIS ATRAER A MÍ
3 de abril de 1998 | Primer Viernes de mes
No es momento, Apóstoles, de hermosos discursos sino de trabajo; no es momento de palabras sino de acción. Mucho espero aún de vuestra tarea, muchas almas que debéis atraer a mí.
¿Qué mejor regalo podéis hacer a aquellos que vagan errantes por el mundo buscando paz, que darles a conocer mi misericordia y mi Amor?, ¿qué tesoro mayor podéis ofrecer que el que mi corazón guarda?, ¿qué riqueza más grande que la de mis bendiciones? Id pues, sin dudar y trabajad intensamente; no es momento de hablar sino de hacer.
Yo os bendigo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Recordad que toda empresa bendecida por mí, fructificará prontamente, mas toda iniciativa fuera de mi camino, se marchitará y morirá sin remedio. Paz.
Lectura: San Lucas, Cap. 2, Vers. 8 al 20.
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