12 de diciembre de 1987
Reunión de Enfermos
Dice el Señor que nuestras palabras son como flores arrojadas a los pies del trono del Señor y que engrandecen a quién las realiza interiormente a pesar de que por fuera parecerían no tener más efectos que simples palabras pero el oído del Señor está puesto en el alma y Él sabe diferenciar la buena oración de la que está mal hecha. Dice que aquí estamos rezando bastante bien, pero se puede mejorar.
Va a decir algunas cosas el Señor: Oíd vosotros, ovejas mías, afligidas, por vuestras enfermedades y dolores, sabed que ningún pedido vuestro será desechado, si lo hacéis con fe, ofreciendo en plenitud vuestro dolor como sacrificio de expiación, mas aún, Yo vendré a vosotros y os ayudaré a llevar vuestra carga, por pesada que sea, y os daré paciencia y fortaleza. Bendita alma, la que en los padecimientos no cesa de recordar a su Señor, pues será auxiliada en el momento justo y la garra de Satanás no prevalecerá sobre ella, será contada entre los justos, aquella alma que se dirija a mí en las tribulaciones, dice el Señor vuestro Dios, solo así no temeréis, cuando el mundo se derrumbe, solo así no temeréis, cuando el fuego y el calor, se hagan insoportables a la especie humana, solo así no temeréis cuando los impíos corran buscando luz y no la hallen, pues Yo soy la luz del mundo, solo en mí estaréis seguros, bajo mi protección, pues de mi misericordia obtendréis todo lo que os hace falta, calor, luz, vida, alivio, paz. Sed fieles en estos momentos, sed fieles más que nunca, pues lo que se avecina es fuerte y prevalecerán los que estén adheridos a mí, pero debéis afirmaros sobre base de oración, ayuno, sacramentos y lectura de mi Palabra. Dice el Señor que en esta semana siguiente debemos orar con especial fervor, frente al Santísimo Sacramento, pidiendo por la paz, porque la amenaza de guerra sigue en cada parte del mundo y se hace cada día mayor. Dice el Señor que pocos se salvarán, si poco se reza, y muchos entrarán en el número, si mucho se reza y se sacrifica por ellos. Dice el Señor que hoy nos ha mandado a una hija predilecta de su Corazón para que nos apoye y nos ayude en nuestras oraciones y plegarias y sirva también ella, con su consagración, como puente de gracias para todos y muy especialmente para los hermanos enfermos.3
Que va haber un tornado muy fuerte que va destruir mucho y que es una advertencia en los lugares donde la gente está dura en la fe.4
Dice el Señor que ahora antes de la bendición final, nos va a dar una bendición especial en este momento a todos los que estamos aquí haciendo descender sobre nosotros su paz que hagamos un momento de quietud y Él va a hacer descender su paz para que esta segunda parte de la oración, continuando con ella, sea mucho más fuerte.
Vosotros sois mi pueblo y ovejas de mi rebaño, no os apartéis ni esquivéis mis llamadas o seréis infelices por siempre. Venid a mí, buscadme, me hallaréis en mi Santa Iglesia, me hallaréis en los santos sacramentos, me hallaréis en mis sacerdotes y consagrados, allí estoy Yo, para vuestro bien y a pesar del enojo del enemigo, siempre estoy ante ustedes y entre ustedes. Continuad orando luego os bendeciré.
Lectura: I Corintios, Cap. 7, Vers. 7 al 40.
Estan bendiciendo el Señor y la Santísima Virgen estos objetos para que todos nosotros podamos llevarlos con su gracia y está mostrando la Santísima Virgen ahora su catedral de Luján muy luminosa, dice la Virgen que así como se ve ahora de luminosa es por la cantidad de gracias que irradia hacia todas partes del mundo y la luz sale de las paredes y de la cúpula y del techo y no son lámparas, porque es luz especial, luz interior.
Ahora va a bendecir a las personas, el Señor y las va a tomar a todas para su servicio, las va a tomar a todas como sus hijos predilectos, miembros de su rebaño, y una bendición especial ahora también para su hija consagrada aquí presente, que como ya dijo, es hija predilecta de su Corazón.
Ponéos de rodillas. El fuego del Espíritu reavivará vuestra alma y os elevará hasta límites insospechados en la entrega a mí, portad con amor y con fervor esta bendición, Yo os bendigo, os doy la paz en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Solo los santos, pueden tratar familiarmente, a Quién siempre es santo y solo los infelices huyen de Aquél que da la felicidad eterna, ¿de que lado os queréis poner?, si respondéis: “del vuestro, Señor”, buscadme con mayor oración y sacrificios y nunca me alejaré de vuestro lado.
Id en paz, retornad a vuestros lugares, portando mi paz.
1 en la reunión anterior.
2 de enfermos.
3 Religiosa presente.
4 cumplido el 16 de diciembre de 1987.
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