CARGANDO...
POR FAVOR, ESPERE...




Cargando...
PROFECÍAS CUMPLIDAS Y MENSAJES CONFIRMADOS
ADVERTENCIAS FINALES
MENSAJES UNIVERSALES
MENSAJES SOBRE ARGENTINA
MENSAJES ESPECIALES
EL BUEN PASTOR Nro. 1 al 10
EL BUEN PASTOR Nro. 11 al 20
EL BUEN PASTOR Nro. 21 al 30
EL BUEN PASTOR Nro. 31 al 40
EL BUEN PASTOR Nro. 41 al 47
ÚLTIMOS MENSAJES
CONOZCA NUESTROS SITIOS


Edición Nro. 7

ANTERIOR     |     SIGUIENTE





¡DESPERTAD, HUMANIDAD! ¡DESPERTAD!
PUES LAS SEÑALES DEL CIELO
ESTÁN ENTRE VOSOTROS Y NO LAS VÉIS
POR VUESTRA SUPERFICIALIDAD

LA PLATA, 7 de octubre de 1988   |   Primer Viernes de mes
PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DE LOURDES
II VIGILIA DE ORACIÓN

Que la paz descienda a vuestros corazones, ovejas de mi grey.
Os doy la bienvenida a mi hogar, os agradezco vuestra presencia aquí, en esta prisión de amor (Sagrario).
Cuán necesitados estáis, hijos de mi corazón, de ayuda y consuelo, de paz, de apoyo, de salud física y espiritual. Cuán lastimosa es vuestra situación. Cuán oprimidos están vuestros corazones, amados míos. Mas sabed que ningún dolor que os aqueje podrá durar demasiado si os echáis en brazos de vuestra Madre, Ella con su amor, puede calmar toda vuestra ansiedad y puede sanar todas vuestras heridas. Ved si no dejó de acompañarme en mi agonía y muerte y Yo mismo os la he dado por Madre y protectora. No dejará tampoco de acompañar a vosotros en estos momentos de dolor mas oíd, oíd con atención, pues lo que Ella viene a deciros reviste mucha seriedad. Mientras esta Santa Madre os dirija su palabra, mis Arcángeles pasarán a signar la frente de todos renovando la bendición recibida en el bautismo y poniendo en cada uno de vosotros el sello de la cruz de vuestro Señor.

HABLA LA SANTISIMA VIRGEN MARIA
Bendito sea el Señor, Rey de Cielo y tierra, que permite estéis hoy aquí hijitos de mi corazón.
Guardáos del mal, preservad vuestras almas de toda mancha pecaminosa, luchad contra la indiferencia hacia mis manifestaciones y aprovechad lo bueno en todo. Mirad que por indicación del Padre estoy recorriendo el mundo y reuniendo a mis hijos amados para presentar batalla al enemigo de las almas.
Tenéis dos opciones: Oponeros al Señor con lo cual estaríais derrotados o cambiar de vida y entrar en mi Inmaculado Corazón, en este refugio seguro, Yo lavaré vuestras heridas, limpiaré vuestras faltas, os adornaré con nuevas gracias y os presentaré a mi Hijo amado. Si os falta voluntad, Yo la pondré por vosotros, orad y pedid, Yo lo conseguiré del Padre. Si os faltan fuerzas recostáos en mí. ¿Creéis que esta Madre es débil? Ninguna madre es débil cuando de sus hijos se trata. Pero no dejéis pasar en vano el tiempo. Hoy me honráis, amados de mi corazón, como Reina del Rosario, usad pues esta arma con toda su potencia para defenderos, para manteneros en la unidad, para salvaros y salvar a otros. Y hoy os repito como ya lo he dicho siempre: Haced todo lo que mi Divino Hijo os pida, seguidlo y todo lo ganaréis.
Os dejo la paz y sabed que cada oración elevada con fe será siempre oída y acercada al Señor de mi mano.
Bendecid al Señor porque es eterna su misericordia.

HABLA NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
A lo largo de la próxima vigilia de oración deberéis presentaros aquellos que deseáis tener Cenáculos de Oración en vuestros hogares. Recibiréis en la próxima vigilia mi bendición especial y os asignaré un ángel custodio a cada uno de vuestros Cenáculos mas debéis estar presentes y presentaros como testigos tomando compromiso frente a mí de defender las condiciones exigidas de piedad, fe y oración, en estos lugares que serán santificados con tan hermosa y fuerte presencia.
Vosotros, pastores míos, preferidos del Corazón de mi Madre, no temáis a aquellos que amenazan vuestra integridad, pues Yo el Señor se bien lo que estáis haciendo por mí.
¡Despertad, humanidad! ¡Despertad! pues las señales del Cielo están entre vosotros y no las véis por vuestra superficialidad. Levantad vuestros ojos al Cielo pues solo desde allí vendrá lo que necesitáis.
Esta es mi casa y no os iréis de aquí sin mi bendición.
Recibid la bendición de Quién os ama, como Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Todos tenéis un lugar para trabajar en mi viña y os aseguro un pago justo y aún más. Decidíos ya.
La paz descienda a vosotros.

Lectura: San Lucas, Cap. 18, 30.





ANTERIOR     |     SIGUIENTE