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Edición Nro. 15

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EL CAMINO ES DURO PERO SEGURO

1 de diciembre de 1989   |   Primer Viernes de mes

La paz descienda sobre vosotros, ovejas de mi grey.
Congregados estáis aquí hoy en mi casa para oír mi voz que una vez más se extiende sobre vosotros desde mi prisión de amor (Sagrario) para realizar un llamado a vuestros corazones.
He traído hoy conmigo como siempre lo hago a aquellos ángeles que servirán en los distintos cenáculos y han venido aquí para partir con vosotros a su destino para comenzar orando con vosotros en este lugar. ¿Quién puede decir a Dios que esto no le está permitido realizarlo? Han venido hoy conmigo además mis tres Arcángeles ejecutores de mis designios sobre la humanidad para marcar las frentes de todos aquellos que estén hoy aquí como signo de renovación de las promesas bautismales, como señal de renuncia al mal y de aceptación del bien total. ¿Y quién podrá decir: Señor, no te es lícito hacer ésto?
Y aquí estoy, pues, oyendo vuestros pedidos mas sabed bien que la misma atención que vosotros pongáis en mis palabras pondré Yo a las vuestras y la misma dedicación que pongáis sobre mis pedidos pondré Yo a los vuestros, que esta relación esté siempre unida por el amor y la misericordia, vosotros, confiando en mí y Yo confiando en vuestra buena voluntad. Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá, porque este mundo ha olvidado pedir o pide mal y por eso no consigue, ha olvidado llamar o llama a quién no corresponde y por eso no es escuchado, ha golpeado las puertas equivocadas y por eso no logra abrir la puerta de acceso al Reino, la puerta estrecha que Yo les he enseñado y que os he llevado a practicar día a día. No la abandonéis, el camino es duro pero es seguro. En el próximo cenáculo del día viernes estará aquí la Reina de la reinas, en persona, a recibir y aceptar las consagraciones de vuestros corazones al suyo y a tomar posesión de sus nuevos esclavos de amor. Y para que sepáis que Ella está aquí, Ella hablará y bendecirá en mi nombre, traed pues vuestros rosarios para ser bendecidos el próximo día viernes por esta Madre que mucho logra por vosotros y por cuya intervención se demora la hora del justo castigo. Y no olvidéis, a una Madre siempre le agrada el obsequio de sus hijos, obsequiadle especialmente y adornad especialmente mi casa para recibirla, las flores naturales son muy de su agrado y las flores espirituales mucho más, ya tenéis el secreto, usadlo como corresponde para aliviar tanto mal que el mundo le da.
Ya oiréis hablar cada vez con mayor fuerza de una terrible y poderosa herejía que está tomando forma dentro de las filas de la Iglesia, intentan, con muy mal pensamiento y con peor finalidad, oponer mi misericordia a mi justicia, y sabed que una y otra coexisten en mí en su plenitud y no se oponen sino que se complementan, pues pensad, si existen fieles que desean cumplir mis pedidos y Yo deseo dirigirme a ellos, no solo es misericordia sino también justicia, pues es justo que los hijos se alimenten en la mesa del padre. Y no usaré misericordia con aquél que no está decidido a cambiar de vida, sabedlo bien. Más adelante os hablaré más sobre este tema para que estéis debidamente prevenidos, mantened la calma y apaciguad vuestros espíritus en mí.
Cuando todos os vuelvan el rostro, mi mirada estará siempre pendiente de la vuestra, cuando no tengáis en quién confiar, haced realidad estas palabras y decid, Jesús en Vos confío, será para vosotros el mayor alivio que podáis lograr.
Tened paz, no olvidéis, vuestra Madre vendrá a vosotros, preparaos bien, ¿Quién puede decir a Dios que no haga realidad esto?
Os dejo la paz, os doy mi paz, llegue a vosotros en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Salid al mundo llevando la luz para que se iluminen los caminos de los hombres y encuentren la verdad en mí. La Verdad ha hablado, la verdad habita en los corazones sinceros, la Verdad soy Yo.
Tened paz.

Lectura: Hebreos, Cap. 2, Vers. 1 al 4.





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