LA GRAN BATALLA HA COMENZADO
20 de enero de 1995
Frecuentemente oigo de vosotros serias quejas a la hora de realizar sacrificios por mí, se trate de momentos de oración, se trate de ayunos rigurosos o de algunas incomodidades que libremente decidís sufrir por mí. Y ésto, en realidad, no es justo pues cometéis un error al realizar todos estos sacrificios confiándoos plenamente en vuestra propia fuerza y solo apoyándoos en vuestra voluntad. ¿No habéis entendido, aún, que nada podéis sin mí? Cuando ayunáis, invocad mi ayuda; cuando oráis, invocad mi protección; cuando realizáis sacrificios, pedidme fuerzas, y no estaréis ya solos y abandonados, ni caeréis frente a las tentaciones del enemigo. Con mi compañía llegaréis hasta el último sacrificio que es el de vuestra propia vida.
Tened paz. Orad con fervor y perseverancia, pedid con insistencia, llamadme a vuestro lado y allí estaré. Es momento de estar preparados: la Gran Batalla ya ha comenzado y el enemigo avanzará sobre todo aquél que no se respalde en mí. Por eso os es necesario mucha oración. Y dominad vuestras pasiones a través del sacrificio; si triunfáis sobre vosotros mismos, tenéis el resto de la batalla asegurada.
Yo os bendigo, recibid fortaleza y paz en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Vosotros debéis ser siempre el resto fiel que sigue a su Pastor, pues otros vendrán en su propio nombre a engañar a la humanidad. Tenedlo siempre presente. Paz.
Lectura: Hechos de los Apóstoles, Cap. 19, Vers. 11 al 20.
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