22 de mayo de 1998
Ronda el rebaño el león hambriento dispuesto a arrojarse sobre su presa y devorarla. Muestra su ferocidad con fuertes rugidos y sus garras se aprestan a atacar. ¿Quién será, pues, la víctima que ha elegido? Aquél desprevenido y descuidado que se ha alejado de la protección del Buen Pastor. Aquél insolente que desea marcar su propio camino, confiado en su fuerza: ése será, pues, la primer víctima y muchas podrán ser si no oís mis consejos.
Solo ésto deseaba advertiros, ahora lo sabéis. ¡Guardaos bien! Yo os bendigo, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”). No vale más aquél que más habla sino el que más trabaja por el Reino de los Cielos, esa es la medida. Paz.
Lectura: Hechos de los Apóstoles, Cap. 19, Vers. 8 al 10.
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