22 de diciembre de 2006
No hay nada que temer y nada por qué preocuparse, pues Yo estoy junto a vosotros. ¿quién podrá dañaros entonces? Confiad en Mí, con humildad. ¡Cuántas gracias y bendiciones recibe de mis manos el alma humilde! Refugiáos en mi corazón. Esperad mi misericordia. Transmitidla a los hombres.
Yo estaré siempre a vuestro lado. Os repito: nada temáis, entregáos a vuestra misión y así os aseguraréis un lugar junto a Mí.
Tened Paz. Yo os bendigo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: "Amén"). ¡Dad Gloria a vuestro Dios con vuestra vida! No necesitaréis palabras para vuestra prédica. Paz.
Lectura: Sabiduría, Cap. 6, Vers. 1 al 11.
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