30 de abril de 2004
Si despreciáis con fuerza todas vuestras malas acciones y os decidís a iniciar el camino de la conversión, contad con mi ayuda, la de mi Madre, la de los ángeles y el Cielo entero. Mas, si cansados de hacer el bien, abandonáis la buena senda para correr tras las cosas del mundo, ¿con qué ayuda contaréis? Solo el enemigo de las almas, interesado en vuestra perdición, será vuestro compañero y os guiará a un camino de infortunio, doloroso en esta vida y en la siguiente. Pensad bien, pues, qué deseáis abandonar y qué deseáis tomar. La decisión está en vuestras manos. Paz.
Lectura: San Juan, Cap. 18, Vers. 15 al 18.
COPYRIGHT BY FUNDACIÓN MISERICORDIA DIVINA
ASOCIACIÓN DE LAICOS CATÓLICOS