9 de septiembre de 2011
Hoy más que nunca se hace necesaria la recepción de mi Cuerpo de rodillas. La comunión de rodillas es signo de humildad y de pertenencia a mi rebaño. Yo prometo que en cada familia en que haya al menos uno de sus miembros que reciba la comunión de rodillas, alcanzaré todos los medios posibles a todos los integrantes de esa misma familia para alcanzar su salvación. Solo ante Dios os mostraréis así, solo ante mi presencia en la eucaristía y yo os bendeciré con mi protección especial.
Tened paz. Mi bendición a todos vosotros en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: Amén).
Vosotros sois mis ovejas, permaneced cercanas a mí. Paz.
Lectura: Romanos, Cap. 6, Vers. 20 al 23.
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