El vidente las recibe durante el rezo del Santo Rosario y en presencia de numerosos testigos, que la mayoría de las veces superan el centenar. Los mensajes son grabados y transcriptos para su mejor comprensión y aplicación a la vida. Reflejan temas espirituales y conforman una catequesis especial que lleva a quién los sigue a una vida de mayor entrega a Dios y una profunda conversión. El vidente ha recibido como certificación de la autenticidad de sus mensajes, el don de sanación física y espiritual a través de la imposición de sus manos. Los testimonios son innumerables y han sido remitidos oportunamente a las autoridades eclesiásticas, al igual que los mensajes.
Esta es la cruz que identifica a esta Obra del Señor. Ella fue diseñada siguiendo las instrucciones del mismo Jesús, quién quiso que esta cruz estuviera fuertemente insertada en las cuatro bases que consideró indispensables para fortalecer a sus miembros en la aceptación de su divina voluntad: AYUNO, ORACIÓN, SACRAMENTOS y PALABRA DE DIOS. Portando la cruz de cada día coronada de espinas, esta Obra irradiará la misericordia del Señor con los rayos que partiendo de su centro, el Corazón de Jesús, simbolizan la sangre y el agua que de Él brotaron al ser traspasado por el golpe final de la lanza romana.
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