QUE AMAN AL HIJO MIENTRAS
DESPRECIAN A SU MADRE
23 de julio de 1993
No creáis a quienes os digan que aman al Hijo mientras desprecian a su Madre. No sigáis a quienes os muestren un camino de salvación que no pase por María, puerta del Cielo. No intentéis llevar vuestra vida a buen término bajo la luz de otra estrella que no sea vuestra Madre, mi Madre, María, estrella de la mañana. Pues mucho ha hecho y mucho hará el enemigo en contra de María, mi Madre, vuestra Madre. Y mucho intentará aún por destruir su nombre, su recuerdo, su poder, sus hijos y nada podrá, como nunca ha podido, pues, Ella, vencedora sigue batallando en este tiempo para que vosotros alcancéis como Ella el triunfo definitivo sobre el enemigo de las almas. Dejaos acompañar y guiar por su amor, como Yo mismo, siendo Dios me confié a sus brazos y no seréis defraudados. Llegaréis al Reino si sois verdaderos esclavos de vuestra Madre, mi Madre, María, Reina del Amor.
Yo os bendigo, recibid esta bendición con el Corazón abierto en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Todos responden: “Amén”).
Aunque lo sabíais, parecéis a veces haberlo olvidado, por eso os lo he recordado hoy. Madre e Hijo estamos juntos en esta tarea. Paz.
Lectura: Gálatas, Cap. 4, Vers. 26 al 31.
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